La motivación del técnico dio la sensación de disminuir al no haber sido aceptada su dimisión presentada en octubre, y además tuvo que recurrir habitualmente a jugadores del filial como Yunus Musah (al que con 17 años le dio toda la responsabilidad del carril derecho del equipo), a Vicente Esquerdo y Koba Koindredi para cubrir las numerosas bajas en el centro del campo, a Álex Blanco en ataque, y de forma más puntual a Guillem Molina y Jesús Vázquez.