Los resultados no acompañaban y en las 10 primeras jornadas se sumaba tan solo una victoria, ocho empates y una derrota, con solo 7 goles a favor. Superado el bache se volvió a la senda de las victorias y el equipo llegó a encadenar cinco victorias consecutivas, aunque ya con la clasificación para la Champions casi conseguida llegaron cinco jornadas consecutivas sin lograr una victoria, lo cual fue entendido por parte de la afición como un exceso de relajación del equipo y por distintas pruebas de Marcelino con los jugadores.